Mar 28, 2007

HOLA A TODOS, ACÁ VA UN REGALITO QUE NOS HICIERON, UN TEXTO QUE YA LES RECOMENDÉ Y QUE TIENE UN PUNTO DE VISTA MUY INTERESANTE SOBRE PERFORMANCE URBANA:
Una versión de este artículo fue publicada en la Revista DCO-Danza, Cuerpo, Obsesión, en su número 7 dedicado a "Poder". www.revistadco.blogspot.com

PERFORMANCE URBANA O LA ACCIÓN COMO PUERTA HACIA EL INSTANTE DESNUDO


LUIS EDUARDO MARTÍNEZ
ARGENTINA, CUIDAD DE BUENOS AIRES

“Solo me siento comprometido con
esta época en que vivo y con la gente que vive a mi lado.
Creo que un todo puede contener al mismo tiempo
barbarie y sutileza, tragedia y risotada,
que un todo nace de contrastes
y cuanto más importantes son esos contrastes
más ese todo es palpable,
concreto,
vivo”
Tadeuz Kantor, Le theattre de la mort

“...Cierto es que seguimos deseando captar
en nuestras artes las corrientes invisibles
que gobiernan nuestras vidas ( ..)
La verdad es que no sabemos cómo celebrar,
ya que no sabemos qué celebrar.
Lo único que sabemos es el resultado final:
conocemos y gustamos de la sensación y el clamor de lo celebrado...”
Peter Brook, El espacio vacío

Celebración de la presencia

El arte intenta volver a las calles. El arte intenta volver a confundirse (mezclarse) con lo cotidiano y a la vez evitar la simplificación, la invisibilidad, correrse de la categoría de mercancía y mantener su tensión poética.
El arte quiere recuperar su mirada activa.
En los últimos años las artes urbanas en general han comenzado a rasgar la percepción de lo cotidiano sin distanciarse del propio tejido urbano, sin irrumpir con aires de revelación o imposición discursiva. Performance, stencil, intervenciones, instalaciones, land art, son algunos de los géneros artísticos que protagonizan la disolución de las actuales barreras entre el arte y la vida, la observación y el hacer, el espacio cotidiano y el espacio “ceremonial”.
A diferencia de lo sucedido décadas atrás, con las primeras experiencias performáticas y de “happening”, las manifestaciones performáticas urbanas de hoy en día parecieran haber trascendido (o al menos trabajan por el intento) el regodeo de una acción solo “para entendidos” o “iniciados” y la pretensión de irrumpir en lo cotidiano para iluminar las conciencias de la masa con un acto saturado de malabarismos herméticos.
En esta constante evolución hacia un diálogo fluido con el entorno, el performance art se convierte en esa esponja mutante y nómada que define la investigadora mexicana Yolanda Muñoz González y que Antonio Prieto desarrolla de esta manera: “Es una esponja porque absorbe todo lo que encuentra a su paso: la lingüística, la teorías de la comunicación y de la conducta, la antropología, el arte, los estudios escénicos, los estudios de género (...) Es mutante gracias a su asombrosa capacidad de transformación en una hueste de significados escurridizos: parte del latín per-formare (realizar), para con el paso de los siglos denotar desempeño, espectáculo, actuación, realización, ejecución musical o dancística, representación teatral, etc. Incluso muta de género al realizar un ‘travestismo’ en países como España y Argentina donde se conoce como la performance. Nuestra palabra es nómada ya que se le ha visto viajar sin necesidad de pasaporte de una disciplina a otra y también de un país a otro.”
Con su fuerte impronta “escénica” y más allá de la interpretación, la performance le brinda al acto poético la posibilidad de tener un cuerpo más “real”, más contundente que el cuerpo dramático o el cuerpo escénico. La performance reflexiona sobre y con el contexto, sobre y con el otro, sobre y con el accionador mismo. Si este diálogo circula, si estas piezas se integran, la performance ingresa en lo cotidiano amorosamente y no por desgarro.
Y allí es donde puede identificarse una constante, una fuerza axial que una vez convocada toma y habita cada espacio de acción de una manera enérgica y festiva. Ese espacio de acción conforma a su vez un todo donde el performer desarrolla su intención a través de su cuerpo, estableciendo un diálogo que luego impactará e involucrará al espectador o participante y al propio entorno. Contexto, cuerpos, objeto, palabra, imagen, sonido, respiración, formando una única percepción e imprimiendo un sentido más allá de las individualidades.
Esta fuerza, esta tercera presencia entre el accionador y el participante es el encuentro mismo. El encuentro como intersección entre distintas percepciones y emociones estableciendo sus propias convenciones, su cuerpo del instante, su presencia como un otro del diálogo que va construyendo su discurso y su poética.
Dichos acuerdos, la mayoría de las veces, no necesitan demasiados preámbulos para echar raíz en el instante, para habitar el cuerpo común. En ese espacio de lo inesperado comienzan poco a poco a develarse una historia (un sentido) y una memoria del instante, fresca, dinámica y profunda, pero sobre todo desapegada, fuera de toda pretensión objetiva.
Y es que en pocas manifestaciones artísticas “el instante”, “el aquí y ahora” cobran tanto protagonismo y se erigen simultáneamente escenario y escena como en la performance urbana. Dónde todas las energías en diálogo potencian tanto el tránsito del performer como hacedor o conductor y la vivificación en los espectadores de sus capacidades creativas invitadas a manifestarse en un espacio no convencional para las mismas, como lo es el espacio público, donde se nos exige ser lo más uniforme y estándar posible. Ya lo sostenía hace años Joseph Beuys, “el arte tiene que recuperar esta función, porque frente al imperio exclusivo de la razón, solo el arte es capaz de reactivar todos los sentidos y las potencias del hombre”.
En tiempos donde la argumentación y el sentido discursivo ocupan casi el lugar absoluto de la obra, dejando a la misma en el mejor de los casos como ornamento del discurso, la dialéctica del encuentro propone, no un objeto acabado, impenetrable, observable, sino un proceso a completar, un camino orgánico donde la obra se resignifica , se ofrenda y se conforma en la percepción o acción en común.
Y esto sucede porque la raíz y la reverberancia de cada acción desarrollada en la performance urbana es abierta y poética, no dramática y definida. Cada acción, aislada de toda pretensión o artificio estético, buscará abrirse hacia una comunión del propio instante, y generar una ceremonia participativa donde cada accionador active (pasiva o protagónicamnete) desde la profunda necesidad de su cuerpo y del contexto y no desde códigos progresivamente convenidos.
Hablamos de acciones que trascienden el lenguaje dramático aunque por momentos se revistan de cierta impronta dramática pero que no pierden su capacidad de reunir ni su impronta de “celebración”. Como afirmaba Vicente Huidobro: “Aparte de la significación gramatical del lenguaje, hay otra, una significación mágica… El lenguaje se convierte en un ceremonial de conjuro y se presenta en la luminosidad de su desnudez inicial…” Así, en las performances urbanas se busca la desnudez inicial de la representación (para trascenderla en pura presencia), su necesidad orgánica, y en ella “el otro” es esencial, porque su cuerpo también será escenario necesario, actor y palabra.

2 comments:

Anonymous said...

Hola somos un colectivo independiente de arte accion de mexico, estamos muy interesados en conocer mas sobre el encuentro de danza y performance, ya que nosotros trabajamos con danza postmoderna y tecnicas de improvisacion, action theatre,y arte sonoro. nuestro colectivo es interdisciplinario y estamos en busqueda de nuevos encuentros sobre todo de america latina ya que hace falta que se den a conocer este tipo de eventos,y sobre todo espacios para enriquecer el arte de performance, los felicitamos por realizar este tipo de encuentros y esperamos contar con mas informacion asi como saber si se piens abrir convocatoria para el 2008, y saber alguna direccion para poder enviar material visual de nuestro trabajo, ESTAMOS MUY INTERESADOS!!
www.myspace.com/colectivomisskometa

ATENTAMENTE
IXCHEL

Anonymous said...

aqui dejo mi contacto msn:
rubberphonic@hotmail.com
Colectivo Independiente de Arte Accion Señorita Kometa
MEXICO